¿Por qué es tan beneficioso el mar?

publicado en: Psicología y Salud Sevilla | 0

¿Alguna vez has sentido una paz increíble mientras caminabas a lo largo del mar, o quizá de repente has notado que tienes más energía y que tu estado de animo ha mejorado? Lo cierto es que la mayoría de las personas experimenta una agradable sensación de calma, relajación y bienestar cuando está cerca del agua. ¿Por qué? Después de varios estudios, la neurociencia piensan que la explicación radica en nuestro cerebro, ya que estar cerca del mar nos afecta tanto física como psicológicamente.

Varios neurocientíficos como M. Rudd, R.A. Baron o M.C. Diamond han estudiado cómo afecta el mar a nuestro cerebro, llegando a la conclusión que la inmensidad que proyecta provoca un estado de fascinación, conmoviendo profundamente nuestra psique. La percepción del mar como algo inmenso y plácido, pero que a la vez puede ser terrible y capaz de matarnos genera una experiencia única, que induce cambios positivos en nuestros esquemas mentales gracias a cómo nuestra mente intenta procesar este paisaje. 

De la misma forma, el mar provoca un cambio en la percepción del tiempo, que parece pasar mucho más despacio e incluso detenerse, haciéndonos sentir en muchos casos como si estuviéramos dentro de una burbuja. La creatividad es otro de los factores que parece potenciarse, ya que al relajar nuestros procesos mentales, se activa la red neural por defecto y en ese estado de tranquilidad en presencia de la inmensidad del mar llegan al cerebro ideas más brillantes, claras y creativas.

Básicamente, el efecto relajante del mar se debe a que le da una especie de vacaciones a nuestro cerebro de la sobreestimulación a la que nos ¿Por qué es tan beneficioso el mar?exponemos continuamente. De hecho, vivimos en un entorno sobrecargado de estímulos, estos nos bombardean provocando una sobrestimulación que termina pasándonos factura ya que genera un estado de tensión constante que nos impide relajarnos.

Sin embargo, ver el mar y escuchar el sonido de las olas nos permite desconectarnos de ese entorno caótico, es como si creara una burbuja a nuestro alrededor. De hecho, el movimiento del mar y su inmensidad tienen un efecto casi hipnótico, el cual genera esa sensación de tranquilidad y bienestar que nos permite recargar energía.

Por otro lado, su color azul favorece la respiración y contribuye a bajar la tensión arterial. Según la cromoterapia, el color azul ayuda a hacer desaparecer el miedo de los pensamientos, a mirar al futuro y nos anima a cambiar, a aprender.

Tampoco podemos olvidar su sonido, que hace que acompasemos su ritmo con nuestra respiración, fundamental en la relajación. Cuando un sonido es constante y repetitivo, hace que nos concentremos en él más fácilmente, porque se aumenta la proporción de neurotransmisores en el cerebro.

Su inmensidad ayuda a que desparezcan pensamientos de rumiación, preocupaciones y obsesiones. Se produce una desconexión con nuestra realidad cotidiana, una ruptura beneficiosa para nuestra mente. Un espacio tan abierto que se une con el cielo fomenta la creatividad, deja volar la imaginación.

El olfato es el sentido más emocional. Los olores son evocadores de recuerdos y despiertan intensas emociones. Ante una percepción olfativa la información llega de manera directa al sistema límbico en el cerebro y ,específicamente, a dos de sus estructuras: el hipotálamo y la amígdala cerebral, la cual se activa automáticamente y estas estructuras son los centros de la afectividad. El olor del mar es una mezcla de sustancias químicas procedentes de la sal, peces, crustáceos, rocas mojada y DMS (sulfuro de dimetilo, que curiosamente, es el que aporta ese olor tan característico al mar). El mar huele a vida y si alguna vez hemos sentido emociones placenteras junto al mar, su olor nos despertará de forma inmediata las mismas emociones.

De esta forma, si tuviéramos que resumir y enumerar sus beneficios psicológicos, podríamos encontrar:

  1. Induce un estado meditativo
    Como ya hemos visto, el sonido de las olas del mar estimula un estado meditativo y potencia una actitud de atención plena (el llamado «mindulness»). De hecho, este sonido se utiliza a menudo en las sesiones de relajación pues se ha demostrado que genera cambios en las ondas cerebrales. Específicamente, promueve las ondas alfa, las cuales se han vinculado con un estado de atención sin esfuerzo. Estas ondas aparecen cuando estamos tranquilos y relajados pero también tan concentrados que todo a nuestro alrededor desaparece, incluso el tiempo. Curiosamente, estas ondas también promueven un estado de claridad mental y estimulan el pensamiento creativo.
  2. Estimula la creatividad
    Igualmente, cuando estamos cerca del mar, nuestro cerebro cambia su modo de funcionamiento, pasa del modo “ocupado” al modo “relajado”. Lo interesante es que en este modo se activa la red neural por defecto, que es precisamente la que se ha vinculado con el insight y la aparición de las ideas más originales y creativas. Lo que sucede es que el mar nos permite dejar de lado nuestras preocupaciones y hace que la zona prefontral de nuestro cerebro ceda el control, dejando que fluya libremente la creatividad. En este estado nos mostramos más abiertos a las experiencias y somos menos críticos.
  3. Genera un poderoso estado de asombro y admiración
    No hay nada como contemplar la inmensidad del mar para experimentar esa sensación mezcla de asombro y admiración ante la inmensidad. En este sentido, psicólogos de la universidades de Stanford y Minnesota han descubierto que esta experiencia puede potenciar una profunda sensación de bienestar. Este tipo de experiencias expansivas nos obligan a cambiar nuestro esquema mental para poder procesar lo que estamos viviendo, de manera que se produce un cambio drástico en nuestra manera de pensar e incluso influye en la toma de decisiones, haciendo que pensemos más en los demás y seamos más generosos.
  4. Mejora el desempeño cognitivo
    El entorno en el que nos desenvolvemos está cargado de iones, tanto negativos como positivos. Se ha descubierto que los iones positivos, como los que emiten la mayoría de los equipos electrónicos, drenan nuestra energía. Al contrario, los iones negativos, que son comunes en el mar, generan un estado de activación. De hecho, un estudio realizado en el Mount Carmel College de Bangalore desveló que los iones negativos tienen un efecto positivo en nuestro desempeño cognitivo. Estos psicólogos sometieron a los participantes a diferentes test de memoria, atención y toma de decisiones y apreciaron que su desempeño disminuía cuando la atmósfera estaba cargada de iones positivos y aumentaba cuando habían más iones negativos. Otro estudio realizado en la Universidad de California desveló que los iones negativos también estimulan la producción de serotonina en el cerebro, lo cual contribuye a que nos sintamos más relajados y a la vez llenos de energía.

En cuanto a los beneficios físicos, nos encontraríamos:

  1. Relajación muscular
    Dentro del agua nos sentimos menos pesados, por lo que resulta sencillo flotar. El choque de las olas del mar en nuestro cuerpo genera sensaciones agradables de masaje. Asimismo, también se consigue esta situación de masaje en los pies cuando pasamos por la orilla. Fortalecimiento de los músculos y las articulaciones. El paseo por la orilla, además de relajarnos, tonifica los tejidos musculares, al andar por la arena o las piedras se hace más resistencia que al pisar un terreno llano. Al caminar, se activa el flujo sanguíneo, lo que potencia una mejor circulación. Además de ello, con este tipo de paseos y los baños en el mar, las articulaciones también van a verse beneficiadas (cadera, rodilla, tobillo).

  2. Mejora la respiración
    La brisa que se respira en el mar es rica en yodo, esta sustancia ayuda en la regulación de la glándula tiroides, además el grado de humedad existente propicia la expulsión de la mucosidad. Por esta razón, un paseo por las zonas costeras está muy recomendado para aquellas personas que padezcan enfermedades respiratorias, o para aliviar un resfriado. También favorece la disminución de los síntomas de alergia.

  3. Influye positivamente en la agilidad articular
    Para aquellas personas que sufren enfermedades como la artrosis, se aconseja bañarse en el mar, ya que la agilidad articular va a mejorar mucho, disminuyendo el dolor en algunas ocasiones. No obstante, es importante tener en cuenta los desniveles del fondo puesto que pueden resultar perjudiciales para estos pacientes, así como la práctica de largas y severas caminatas.

  4. Disminuye la presión arterial
    Se necesita menor cantidad de glóbulos rojos en la sangre, debido a la mayor cantidad de oxígeno disponible. El descenso de los glóbulos rojos aminora la presión que se ejerce sobre las arterias, las venas y el corazón. Esto también hace que la oxigenación de las células sea más fácil. La piel se regenera. El agua salada está compuesta por diferentes sustancias como yodo, potasio, calcio o magnesio, etc. Esta composición mineral actúa como antioxidante ralentizando el envejecimiento de la piel. La sal y el yodo, favorecen también la cicatrización de las heridas, siempre que éstas no sean muy profundas y no se hayan infectado. Asimismo, los granitos de arena de la playa sirven para exfoliar la piel de manera natural.

  5. Dosis de Vitamina D
    La piel produce vitamina D cuando está expuesta de manera directa a la luz solar. Este nutriente es esencial para la salud y para el fortalecimiento de los huesos ya que ayuda al cuerpo en la absorción del calcio. No obstante, es muy importante tomar el sol a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde durante los meses más calurosos del año. Además de hacerlo durante esos momentos del día, nunca debe hacerse sin protección solar pasados 15 minutos recibiendo los rayos del sol. Son muchas las enfermedades y quemaduras provocadas por una imprudente exposición al sol.

El mar y la meditación

La meditación ha probado sobradamente sus beneficios en el cerebro humano. El estado meditativo potencia la estimulación de las ondas cerebrales, que pueden llegar incluso a cambiar. En este caso son las olas del mar las encargadas de inducirnos a estados de atención plena. El sonido y su efecto logra que las ondas alfa del cerebro, que se vinculan a la relajación y la tranquilidad, permitan que todo a nuestro alrededor parezca desaparecer.

Como ya hemos dicho, el mar induce al cerebro humano a la creatividad. Curiosamente, esta también se relaciona con las ondas alfa cerebrales, que producen estados de claridad mental. Por ello todo el mar tiene el poder de hacer desaparecer a todo nuestro entorno, quedando solo quedamos nosotros, como suspendidos y donde todo nuestro ser parece cobrar sentido.

Nuestro cerebro está constantemente cambiando, incluso cuando se duerme o cuando creemos que tenemos la mente en blanco. Es lo que se conoce como plasticidad cerebral: todo lo que experimentamos hace que nuestro cerebro (y nuestro sistema nervioso) cambie en tiempo real. Eso significa que no hay un momento en el que nuestra mente permanezca tal y como estaba un tiempo atrás.

Sin embargo, hay ciertas experiencias que modifican nuestra vida mental de un modo más consistente que otras. Es decir, que el tipo de cambios que introducen en nuestro cerebro son más reconocibles y uniformes. Es el caso de lo que ocurre durante la meditación o, por ejemplo, al sentir que estamos frente al mar o el océano.

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Psicólogo en Sevilla

Federico Casado Reina, Psicólogo colegiado AN-07920. Especialista en Psicopatología y Salud. Tlf: 655 620 045

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